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martes, 7 de agosto de 2012

De pie y responsable bajo el cielo


Nuestro mundo necesita practicantes de Vías espirituales, pero a veces requieren demasiado compromiso para algunos. Los que practican y que sienten un beneficio en esta investigación deben ser ejemplares, inspirar a los que aún no han encontrado su camino.
No hace falta convencer o convertir a nuestra práctica, pero simplemente ser lo mejor posible en el mundo para que se comunique el deseo a aquellos que buscan una solución para combatir su insatisfacción.

Como practicante de un método de auto-desarrollo, es bueno compartir sus investigaciones con los que tienen preguntas sinceras.

Voy a tratar de hacerlo a través de mis libros ahora.

Los libros que escribo son puertas de entrada a una nueva era: un tiempo de interrogación sobre un sistema que ya no funciona y que requiere asumir una responsabilidad personal.

Las antiguas tradiciones nos permiten una evolución personal cuyo mensaje se extiende a todos los seres humanos.

Esta evolución personal, la sensibilización a través de la introspección, nos permiten dar forma a un mundo mejor, más atentos a nuestras vidas y a nuestros seres queridos, menos centrada en el dinero fácil y el consumo.

Esta habilidad para encontrar los verdaderos valores de nuestra condición humana se encuentra en tres áreas que son objeto de todos mis libros:

- Conocimiento de sí mismo (a través de ejercicios y una experiencia directa de si mismo),

- Comprensión de los demás (a través de una mayor disponibilidad)

- La visión más justa del mundo (por una práctica de los principios de nuestro universo)

En todos mis libros, intento sólo hacer que los lectores tengan preguntas acerca de su vida, de su relación con los demás y de su percepción de su mundo.

Mi tradición no requiere palabras exóticas, ni para comprar un "pijama de seda" o seguir una dieta a base de arroz: es una Vía para las personas que funcionan en el mundo, con una familia y un trabajo, amigos y las preocupaciones.

Dado que esta es una tradición muy práctica, que acepta la vida cotidiana y que no requiere el aislamiento del mundo, se adapta perfectamente a nuestras vidas agitadas.

No hay necesidad de hablar de meditación, sino más bien "entrenamiento del espíritul", o de ejercicios de energía (que son sólo el movimiento de la respiración) ... Para simplificar, permitirá a todos tener acceso a esta tradición.

A través de la difusión de estos ejercicios y estos conceptos, que son únicos métodos para vivir mejor nuestras vidas, ayudamos nuestro mundo: todas las personas que dan un poquito más de atención a sus emociones, a los demás y al mundo permiten desarrollar un mundo más simpático.

¿Cuáles son estos ejercicios?

Son sencillos, pero cambiarán todo, algunos son tomas de conciencia que requieren prestar atención a nuestro comportamiento:

- Prestar atención a los ruidos que producimos por nuestra falta de atención,

- Escuchar a la gente sin interrumpirle y luego hablar a su vez,

- Hacer un repaso de nuestro día antes de irse a la cama por la noche,

- Mirar y pensar en lo que comemos.

Estos son ejemplos de « toma de conciencia », que no piden nada más que atención a nuestras acciones.

También hay ejercicios que requieren un poco más:

- Para el cuerpo,

- Para la respiración,

- Para el espíritu.


Son ejercícios que enseñan algo sobre si mismo, por la repetición de la atención. Para el cuerpo, buscamos a darle más fuerza, flexibilidad, sin tensiones para facilitar la comunicación con el espíritu.

Por un trabajo de conciencia de la respiración, aumentamos nuestra vitalidad y estamos así más disponibles para la vida y los demás.

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